Tal como se presagiaba el fin de semana del 16 y 17 de septiembre en el Club Hípico Cipriano Catriel pintaba para una reunión turfistica superlativa, y no decepcionó. ...el domingo el programa de Marcelo Pieroni ponía a saltar los corazones. ...Ya en domingo y con las primeras luces, largas filas de automóviles esperaban por ingresar al predio. Para cuando se iba a correr la primera el estacionamiento cantaba no va más y se habilitaba el estacionamiento externo… una clara señal de la fiesta que nos esperaba... Se corrieron las quince pruebas pactadas, sorprendió Huerfano, el local que estiró la serie con suma autoridad; también dejó notable impresión la potranca de la familia Tanuz, Armas Famosa, rebautizada como Pepa... Pero la carrera de la tarde o del año, era el Gran Clásico Victor Bucarey, en honor a un hombre que dedico su vida al turf. Habíamos anticipado en nuestra nota que anunciaba esta cuadrera, que las conjeturas y análisis previos se iban a multiplicar tras carrera; nueve ejemplares, rajadora a gatera llena, todos con chances ciertas de alzarse con el trofeo mayor… pero, ante la incuestionable dificultad de sortear un desarrollo que en la previa se pintaba como enredado. Millón dio una muestra más de su superioridad sobre el resto de los mortales, levantado el aplauso de los presentes ante los miles y miles de morlacos apostados por planilla. Cuando se anunciaba la salida a la pista sobrevino lo inesperado, los que iban entre andariveles se quejaron de lo ajustado de los carriles y, como correlato, los que iban a pista abierta reclamaban el achique que sufría su escenario… luego de varios minutos, y cuando parecía que se nos venía literalmente la noche, el soberano comenzó a silbar y a golpear las palmas en señal de reclamo, y entonces se fueron rumbo a partidores los nueve ejemplares que iban por el honor y la gloria de una cuadrera llamada a quedar en la historia de nuestro deporte, entre sus páginas de oro. Largaron… y a poco andar Armas Idéntica se llevaba puesta a Armas Reinalda y en carambola a Cinnabon, quedando los tres sin chances de pelear por la victoria. En tanto que por el centro de la pista Armas Flash Gordon asumía el comando estirando ventajas sobre Chucki, Armas Hijastro y Humildón; mientras que perdían terreno Don Ataliva y Negro Rey. Promediando el recorrido ya era un mano a mano entre el de Mainque y el tordillo de Las Tranqueras, que se fue definiendo sobre el filo de la sentencia a favor del sprinter de la familia Chambon, para cruzar por escaso medio pescuezo sobre el entrenado por Martín Sosa. El breve lapso de tiempo que separó el largaron de los gritos y abrazos interminables de la gente Humildon, fue un concierto de gritos y puños al aire, de aliento, de momentos de altísima emoción… un tiempo de vértigo, de honor y finalmente de Gloria. Nueve titanes protagonizaron uno clásico de difícil emparde, por cada uno de ellos se contaran historias, desarrollos y anécdotas, las que se irán agigantando con el paso del tiempo en el orillo de algún stud… Mientras, la inoxidable y lapidaria frase de Don Carmodi cobrara vigencia una vez más cuando alguno lance un “Contame la final”.
Nota del Turf Regional / Fotos de Pablo Pino